Lo ví, ojeé las ilustraciones tan singulares y llamativas y leí dos líneas. Lo suficiente para saber que me lo llevaría bajo el brazo. Hoy más que nunca lo recomiendo, para todos y todas, para cuando es necesario bajarse de los tacones y pararse a mirar el ombligo. Porque no hay que esperar al príncipe salvador. Tú misma te vales y sobras. Porque cuando digas ¡basta! aparecerá esa hada mundana y real (hasta con pelillos en las piernas)que te echará un cable abriéndote los ojos.
Hablo de La Cenicienta Que no Quería Comer Perdices. Desde ya lectura obligatoria en primaria,please!
"Primero empezó llorando por el príncipe, por tantas perdices muertas, y por los zapatos. Luego siguió llorando al recordar que su madrasta la maltrataba, que su padre la trataba peor y que sus hermanas casi se mueren por querer usar una 38 de Za(ha)ra. Lo lloró todo, todo..."
La Cenicienta que no Quería Comer Perdices
Por Numila López Salamero. Ilustraciones de Myriam Cameros Sierra.
Ed. Planeta