UN ANGEL EN MI MESA de JANET FRAME

sábado, 18 de octubre de 2014

De siempre escuchó y leyó poesía en su casa: su madre era una ama de casa con un interés enorme por este género y se atrevió a escribir también varios poemas que la hicieron ser conocida  localmente.
Su timidez extrema y su familia la marcan mucho. La primera la compensa la alegría y la desinhibición de la hermana mayor, Myrtle ,y su trágica y repentina muerte la sume en una depresión que por error es diagnosticada como esquizofrenia (poco después también fallece una de sus hermanas pequeñas); la segunda (marca de origen) es su familia, compuesta por su padre ferroviario, su madre y una troupe de hermanos, cuatro niñas con ella y un niño. Hasta tener el cabeza de familia un destino fijo se moverán por varios pueblos de Nueva Zelanda.
Janet es la segunda empezando por la izda.
Janet tiene una gran sensibilidad y un mundo interior rico. Lo he dicho. Solo quiere ser escritora y que nada la distraiga de ello, pero también sabe que tiene que estudiar y con una beca se irá a vivir fuera de su pueblo con unos tíos para estudiar Magisterio. Por entonces ya ha logrado la publicación de sus poemas juveniles en algunos periódicos. Ya de prácticas descubre que aunque le gusten los niños, las presiones impuestas por directores, inspectores educativos, etc,  no son lo suyo y, por tanto, su futuro en ese campo lo descarta...
Durante su ingreso en un psiquiátrico se entera de que su primera obra ha sido publicada (The Lagoon and Other Stories) y gracias a la obtención de un premio y un reconocimiento oficial por la calidad de su obra, se libra de que le practiquen una lobotomía.
Lo más decisivo para su carrera literaria es  conocer al también escritor Frank Sargeson quien le brindará vivir en una pequeña caseta de jardín de su propiedad para que se centre solo en su obra. Allí Janet empieza a ser al menos un poco feliz. Debaten, comparten su amor por la gran literatura y discuten sobre clásicos universales tales como  Guerrra y Paz, Anna Karenina, La muerte Iván Illich y, sobre todo, escriben.
Fotograma de la película homónima de Jane Campion*
Un Ángel en mi Mesa (1984) son las memorias de esta exquisita, no apta para todas las sensibilidades, autora neozelandesa. Está dividida en tres partes: La Tierra del Es, Un ángel en mi mesa y el Mensajero de la ciudad espejo.
Caminar entre sus páginas es de lo mejor que me ha pasado últimamente. He leído cosas sobre literatura con las que me he sentido perfectamente identificada y  además me han hecho sonreír cosas como estas:
[...] Y las palabras de Londres me fascinaban, los montones de periódicos y revistas, las hojas de propaganda en los escaparates de los estancos y tiendas de periódicos, los nombres de los autobuses,  letreros de las calles, los letreros luminosos de propaganda, los menús escritos con tiza  sobre una pizarra en la puerta de las humildes cafeterías del servicio de transporte, bistec gigante y dos verduras, pastel de carne y patatas, los carteles de la estación de metro y las inscripciones de los lavabos públicos y de los túneles de las carreteras, la infinidad de librerías y bibliotecas. Jamás había tenido tantas oportunidades de leer en público [...]
Y me he alegrado de que Janet Frame (1924-2004) se hubiese encontrado con tan buena gente en su camino que la ayudaran a que volvieran a estudiar su diagnóstico psiquiátrico para descubrir que todo había sido un error; amigos que la quisieron, la valoraron y la apoyaron tal y como ella merecía. Y además me he alegrado de conocerla, porque sí, es casi como haber estado con ella. Y conocerla supone desde entonces quererla. No me queda otro  remedio.
Nota: Yo tengo la misma edición de Círculo de Lectores , cuya portada pongo en la cabecera. Es de 1991 y se encuentra fácilmente de segunda mano tanto esta como otra posterior de la editorial Seix Barral.
*Para más información sobre la adaptación al cine de 1990   de Jane Campion, hacer click AQUÍ.

3 comentarios:

Jen dijo...

Entran muchas ganas de darle una oportunidad :) ¡Gracias por este post! Saludos.

Ana Blasfuemia dijo...

Espero que mi sensibilidad esté a la altura, porque hace tiempo que tengo el libro y es una probable lectura no muy lejana. Me gusta, y me alegra, ver que tuvo amigos a su lado que estuvieron a la altura de lo que se espera de una amistad.

Y si hay que quererla después de leerla, se la querrá sin problemas ;)

Gracias y besos!

María dijo...

Tomo nota de todo esto que nos cuentas, Winnifred. Desconocía la existencia de Jane Frame. Buscaré la película y el libro en rincones de segunda mano.
Siempre es una delicia perderme por aquí un rato. He leído tus otras entradas, y todas me gustan mucho, en especial el arsenal de libros que te has traído, de Gijón.
El de Alexander creo que te gustará. Es una detective muy interesante. Desde una perspectiva diferente, muestra la sociedad Africana y lo que le rodea. Es muy curiosa. A mí me gustó mucho.
Un abrazo y a seguir leyendo y pasando muy buenos momentos.
Gracias por traernos estas joyas que encuentras.
Bss!!!