
Ésta es la crónica breve de dos decepciones . La primera ha sido la lectura de Pigtopía, de la autora irlandesa Kitty Fitzgerald. Esta novela corta cuenta la historia de la amistad entre Jack Plum y Holly Lock. El primero es un chico que nació con malformaciones y vive aislado cuidando de su madre enferma y de una piara de cerdos que su padre fallecido le dejó. Holly es una niña que no se relaciona bien con su entorno y que tiene problemas familiares. Ambos vivirán una situación muy dura (da para una película gore) y la novela contará con un final entre grotesco y ..., no sabría como calificarlo. En fin, que no me interesó nada su lectura y que acabé harta de cerdos, de cerdícolas (así es como llama Jack a las personas) y de escenas un tanto desagradables. Si lo terminé fue tan sólo por comprobar que realmente era bastante predecible ese fin, y así fue. Acerté.
Jack Plum le dice en alguna ocasión a Holly, que los malos recuerdos de la vida hay que ponerlos en unas estanterías que tiene el cerebro en la parte de atrás. Ni siquiera ese lugar ocupará Pigtopía en mi cabeza. Tampoco ocupará un lugar físico pues no volverá a mi biblioteca: hay que hacer hueco para cosas que realmente merezcan ser conservadas.
Segunda decepción: La Camarera de Markus Orths (Ed. Seix Barrral). La vi por ahí, por novedades, en las librerías y me resultaba interesante su argumento. El estilo pintaba bien y logré encontrarla en una biblioteca pública (menos mal que no me gasté el dinero). La portada muy bonita y la narración en presente, tipo cámara de cine, muy interesantes, pero no acaba de llegar, o al menos a mí.
Cuenta la historia de Lynn, una camarera de pisos de un hotel, obsesionada por observar a los clientes del mismo.Consigue el trabajo tras salir de una clínica donde ha recibido terapia de no sabemos qué. Poco más. Entabla una relación con mal final con Chiara, una prostituta que trabaja a menudo en el mismo hotel, y también sabemos que tiene madre. Entre ellas media un abismo de silencios y falta de confianza mutua.
Me interesó más que el anterior. De todas formas se va a las estanterías de atrás del cerebro también y ya se ha ido de vuelta a la biblioteca pública esta semana pasada.
Ahora ando con lo que yo llamo valor seguro y es que leo , una vez más, a la Atwood. Es una novela que ya había comenzado y que interrumpí su lectura porque otra (novela, of course) se interpuso en nuestro camino (el mío y el de La Novia Ladrona de Margaret Atwood:))
Foto: Book Lovers Never Go to Bed Alone