Debí leer a
Janet Frame (1924-2004) hace mucho tiempo. En realidad no sé por qué tengo en la biblioteca
Un ángel en mi mesa y
Buffalo Daughter desde hace...
Compré usado este
Hacia otro verano y la misma semana comencé su lectura. Fue publicado cinco años después de la muerte de la autora. Ella no quería que eso se hiciese porque quizá revelaba mucho más de sí misma de lo que ella quisiera que los demás supieran: su extrema sensibilidad, pinceladas de su infancia y su adolescencia, su malestar en situaciones cotidianas y triviales, su
homesickness durante su estancia en Inglaterra.
Hacia otro verano es un espejo de sí misma en todo: en lo bueno y en lo menos bueno que le haya podido suceder.
El punto de partida es sencillo: Grace Cleave, escritora neozelandesa afincada en Inglaterra, es invitada a pasar unos días en casa de un amigo escritor y su mujer.
Grace se enfrenta allí con sus recuerdos, con unos hechos cotidianos simples y triviales pero que la acartonan y le hacen sufrir (para algunas personas la fobia social es algo doloroso). Hasta la presencia de los niños del matrimonio la incomodan. No sabe desenvolverse en lo cotidiano, tiene bastante con su mundo interior. Quisiera ser ave y partir hacia otro verano:
No, no es la llamada de la urraca, sopesó Grace. Quizá se trata de un ave de las marismas o de un chorlito; o de un avefría; ¿por qué está aquí ahora? ¿acaso sabe que yo también me he convertido en pájaro? ¿que ha llegado el momento de que vuele hacia otro verano?
-¿Has visto algo interesante en tu paseo?
-Iba andando por el campo cando vi cómo una mujer se convertía en un pájaro.
¿Por qué no podía decir la verdad por una vez en su vida? La necesidad de contárselo a Philip y Anne, de plantarse en su cocina grande y desordenada y decir, en voz alta, he visto una mujer convertirse en pájaro, era tan intensa que Grace no sabía si quedarse callada. {...} Quizá por primera vez en su vida se encontraba entre gente cuya imaginación no residía en una pequeña habitación oscura sin ventanas, cuya comprensión y benevolencia eran liberales, osadas.
Conocí a
Beryl Bainbridge gracias a la publicación de
La Cena de los Infieles (
Injury Time) el pasado año por la editorial
Ático de los libros. La novedad aparecía en una revista literaria on line y me costó Dios y ayuda hacerme con el libro. No sé si una mala distribución o qué pero miré hasta en cinco librerías antes de poder comprarlo por fin.
La cena de los infieles es desde luego muy
British en muchas de sus propuestas: la doble cara de los personajes, el juego de las apariencias, las infidelidades barnizadas de vida normal, el humor negro y un largo etcétera.
Comienza con los preparativos de una cena que Binny, la amante de Edward, celebrará en su casa para unos amigos y así teñir de normalidad su relación hasta el momento clandestina. Esto ha sido idea de Edward que le quiere ofrecer a Binny la sensación de que juega un papel más importante en su vida de lo que pudiese parecer. Lo dicho: aquí no pasa nada y todo es de lo más normal. Pues giro de 180 grados porque en el trascurso de la cena van a aparecer unos personajes que trastocarán toda la normalidad que se presagiaba y que cambiarán el trascurso de su relación para siempre. Es muy amena, tiene mucho aguijón clavado en la hipocresía, en el mundo de las apariencias y en los falsos sentimientos. Muy recomendable .
Tras leerla, descubro en Londres el lanzamiento a bombo y platillo de una novela póstuma de esta autora británica:
The girl in the polka dress. Creo que la familia se indigna porque aseguran que ella la dejó inacabada pero la editorial alega razones de peso para lanzarla :
Beryl was in the process of finishing The Girl in the polka dot dress when she died on July, 2010. Her long-time friend and editor, Brendan king, prepared the text for the publication from her working manuscript, taking into account suggestions Beryl made at the end of her life. No additional material has been included.
Recientemente también , he terminado de leer
Picnic en Hanging Rock de la australiana Joan Lindsey.
La publica Impedimenta con una edición francamente bien anotada. La acción de esta novela trascurre en el año 1900 en un exclusivo internado de señoritas. Para celebrar San Valentín, el colegio las lleva de excursión campestre y en Hanging Rock desaparecen tres alumnas y una profesora.
Aunque la atmósfera opresora traspase las páginas, la incertidumbre de qué es lo que ha pasado y lo magníficos que son algunos personajes me lleve a seguir leyendo hasta el final, no es una de esas novelas que me hayan entusiasmado. Destacable su final abierto y que da lugar a discusiones varias.
(Ilustración de la cabecera de Chiara Fatti)