NON FICTION

lunes, 11 de junio de 2012



Creo que seguimos siendo la misma persona a lo largo de nuestra vida y que tan solo nos limitamos a pasar, por asì decirlo , de una habitación a otra, todas de la misma casa.

J.M.Barrie
Mary Cantwell (Rhode Island, 1930) es la periodista autora de Érase una vez Manhattan (Manhattan when I was young, 1993) , uno de los últimos libros de no ficción que he leído. La propuesta es muy original: Cantwell cuenta su vida en el Manhattan de los 50 a través de los episodios vividos en las diferentes casas que irá ocupando, desde Waverley Place hasta Jane Street, pasando por la calle Once Oeste. Comienza con su llegada a Nueva York proveniente de su Providence natal en busca de trabajo y se encuentra con un Manhattan en su máximo esplendor, rebosante de vida , de optimismo, de bohemia, de cultura y sobre todo de oportunidades laborales.
Comienza a trabajar en una revista de moda, Mademoiselle, y también pasará por la prestigiosa y archiconocida Vogue. En su relato hay una galería de personajes de todo tipo de la época pero yo me quedo con algunos: la Sylvia Plath que meses antes se había despedido como redactora en el mismo puesto que luego ocupa Mary, la Djuna Barnes que realiza los pedidos en la frutería donde la periodista compra, pero sobre todo la presencia de Alice B. Toklas, retratada como una mujer menuda y enérgica. Mary Cantwell no lleva una vida de rosas tampoco como pudiese parecer en principio: pasa de la ilusión de la primera juventud a una especie de depresión post parto de la que le cuesta salir. Su vida familiar sufre un revés también pero todo ello no hace que la lectura deje de ser relajada, viva, de una manera elegante. En España la publica la editorial Lumen. 


Ya fue en las vacaciones de Semana Santa cuando leí mi primer Foster Wallace (*no muy acertada la elección): Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer (A Supposedly fun thing I'll never do again, 1997). David Foster Wallace (NY 1962 - 2008) se embarca en el crucero Nadir para escribir sobre su experiencia a bordo de un crucero de lujo, como encargo para la editorial en la que publica su obra. La experiencia no le resulta agradable en absoluto, no logra congeniar con ninguno de los pasajeros con los que más coincide, detesta al capitán del barco y, para colmo, su fobia social no le deja estar en activo todo lo que debiera para hacer un trabajo más completo. Encontramos, entonces, que el título es de lo más adecuado y también que la descripción de lo que ocurre en el barco deprimiría al más santo, a menos que no tengas ni sentido del ridículo ni sepas lo que es sentir vergüenza ajena. Para muestra...
13.30 hs. ¡Travesuras en la piscina! ¡Únanse al director de crucero Scott Peterson y a su plantilla para pasar un rato de jolgorio y el Concurso de las mejores piernas Masculinas juzgadas por todas las damas de las piscina!

Empezando a sentir los primeros síntomas desagradables de intoxicación por cafeína, y con el pelo embutido por sugerencia del personal en un gorro de natación cortesía de Cruceros Celebrity, tomo parte activa en las arriba mencionadas travesuras, que consisten básicamente en una competición estilo torneo donde las chicas del Equipo de Chicas y los chicos del Equipo de Chicos tienen que subirse a una especie de postes de teléfono de plás tico untados con vaselina, enfrentarse a otro/a chico/a y tratar de derribarlo de su poste y hacerlo caer al agua en salmuera repulsiva de la piscina a base de golpes propinados con una almohada rellena de globos¨{...}
De la lectura de estos dos libros saco dos conclusiones vitales : 
  • Cada vez tengo más ganas de conocer NY
  •  Me reafirmo en mi idea de siempre de no enrolarme nunca jamás en un crucero, sea o no de lujo. 
*Con " no muy acertada" me refiero sólo a la lectura y no al autor de quien tengo ganas de leer su obra de ficción

5 comentarios:

Elena Rius dijo...

¡Imagínate! Ocupar el puesto que dejó Sylvia Plath... Esas memorias suenan muy bien. El de Foster Wallace lo leí, me hizo gracia, pero... no sé, no me dio ganas de leer más cosas de este autor.

La mujer Quijote dijo...

¿Cómo será eso ir a la frutería y encontrarse a la Barnes, una de las más grandes escritoras del XX? Y lo de tratar con Alice Toklas, siempre tan discreta, tan en segundo plano, tan aparentemente poca cosa, y resulta que lo piensas y te dices, pues esta señora es la única que es capaz de meter en vereda a Gertrude Stein, el ogro oficial de escritores y pintores (aunque es más que posible que luego, en el trato personal, fuera muy distinta). Y también tiene que venirte a la cabeza, “mira, la “becaria” que había antes que yo ahora es una de las grandes poetas”.
El de Foster Wallace tiene buena pinta, un postmoderno como él metido a cronista social de un crucero suena bien. Si vas a leer ficción suya te recomiendo empezar por los cuentos, meterse con “la broma infinita”, más de mil páginas de “desvarío postmoderno” (aunque no tanto como Pynchon) no es recomendable sin antes haberse asegurado que no se es alérgica.
Saludos.

Miss Winnifred dijo...

Elena: sí, las memorias son muy agradables de leer.
De FW sí que tengo ganas de leer cuentos que tengo en mi biblioteca, ya contaré. Saludos


M Quijote:Pues a la Toklas la pinta como muy menuda pero con mucho carácter también ...
De FW voy a leer La Niña del pelo raro (cuentos) pero aún no sé cuándo.Saludos

Oscar dijo...

Pues desde luego, tienes que poner NY en el puntos e mira lo antes posible.
El libro de Cantwell lo he tenido varias veces en las manos y nunca acabo de decidirme. Hay tantas infancias/juventudes neoyorquinas que siempre me da un poco de precaución... Ahora estoy pensando leer "Llamalo sueño" de Henry Roth y me lo pienso por lo mismo (bueno, por lo mismo y por el cerro de pendientes que tengo aquí).

El de DF Wallace lo lei y me dejó como casi todo lo que he leído de este autor (No he leído aun el tocho de "La broma infinita", pero si "Breves entrevistas con hombres repulsivos" o "Hablemos de langostas". Bien escrito, pero no llega a interesarme profundamente, no ocurre ese "click" de sintonía entre autor y lector. Por eso probablemente "The Infinite Jest" lleva desde toda la eternidad en mi wishlist sin salir de allí nunca.

Miss Winnifred dijo...

Oscar: Tantos lugares a los que viajar...Nueva York me encantaría pero si te digo la verdad en mi lista de prioridades estaría hacerme un largo viaje a fondo por las British Isles y por España también porue hay muchos sitios que me gustaría conocer y el tiempo va pasando...

A mí este libro del crucero creo que daba para mucho más crítica y más ironía pero traspasa el estado depresivo de FW.Como ya os dije leeré cuentos suyos que tengo por casa porque me pica la curiosidad en cuanto a la ficción que escribió y luego ya os contaré.Saludos