WHISKY (2004)

martes, 30 de julio de 2013

Whisky, película uruguaya de  Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll ha sido una de las alegrías que me llevé de la pasada Semana Negra de Gijón. Después de dos ediciones de sequía en cuanto a compras en el recinto se refiere, esta vez me he resarcido con creces : he comprado libros (muchos) y películas (varias), entre ellas ésta que sólo había había visto una vez y que tanto me había gustado. No ha habido conversación sobre cine desde entonces en la que no haya sacado a relucir mi pasión por ella...

Jacobo es propietario de una modesta fábrica de calcetines en la que trabajan, además de él solo tres empleadas. Cada día sigue una rutina pétrea: tarda unos minutos en arrancar su viejo coche, llega al almacén, donde espera ya Marta (su persona de confianza), sube la persiana metálica y ya en su despacho se pelea desde hace un tiempo con una persiana averiada. Le sirven su té (o mate, ahora no recuerdo) y llegan el resto de chicas preparadas para el también monótono y gris proceso de fabricación y empaquetado de los calcetines grises con un sencillo rombo, módelo único.

Jacobo ( Adrés Pazos) y Marta ( Mirella Pascual ) dicen "Whisky" para la foto de la falsa boda
Un día recibe noticias de su único hermano Hermann. Vive en Brasil e irá a verle durante unos días. Jacobo decide pedirle a Marta el favor de que se haga pasar por su esposa durante esa visita.
Herman es empresario de calcetines pero tiene una fábrica moderna y que elabora una variedad muy amplia, tiene mujer e hijos y es optimista y alegre. Jacobo es todo lo contrario, hombre solitario, taciturno, ha dedicado los últimos años de su vida a cuidar de su madre enferma , ya fallecida, de la que aún quedan objetos en su casa: una bombona de oxígeno y una silla de ruedas.
Qué estupendo es el guión, los actores, la dirección, los planos, todo. Una imagen vale más que mil palabras, es el proverbio más aplicable a la cinta uruguaya: escasean los diálogos,están los justos pero hay imágenes que lo dicen todo, las de los objetos (ese preciosista plano  de la cafetera y la taza de café en el fregadero), las miradas y los silencios de los (grandes) actores.
"Whisky" (en vez de la famosa "patata"o "cheese" ), dicen dos veces en la película para forzar la sonrisa ante el fotógrafo. Son escasamente las dos sonrisas que se dibujan en los rostros de Jacobo y Marta . 

En Cannes recibió un premio en la sección A Certain Regard, en Sundance llevó premio su guión y en los Goya ganó el Premio a la mejor película extranjera en habla hispana.
 Aquí os dejo el tráiler y no perdáis la ocasión de verla.


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