Hace casi ya una semana que terminé la novela y aún me queda un poco de la tristeza que me produjo. Es una de las historias más tristes que haya leído en los últimos tiempos, y no triste de dramático (aunque sí en algunos momentos) sino triste porque es el tono de la historia en el comienzo (poético y bello), el desarrollo y el final (aunque la última, última página suponga una pequeña celebración de la vida).
Kweku Sai es un cirujano de éxito de origen ghanés que vive con su mujer, de origen nigeriano y sus cuatro hijos en Boston. Un aciago día es despedido injustamente de su trabajo y, cargado de culpa y vergüenza, decide abandonar no solo el país sino también a su familia y regresar a África y empezar de nuevo...
A Kweku lo conocemos en las primeras páginas, a punto de morir, mientras es consciente de que se muere, en el jardín de su casa, en plena noche y solo. Cubierto todo por el rocío se enamora de la vida ahora que la está dejando, la admira, quisiera no tener que dejarla pero allí, tumbado en medio del césped descalzo, todo se termina para él justamente ahora que la novela comienza.
Y lo de descalzo tiene mucha importancia para su hija Taiwo, su padre sin sus sleepers... inconcebible, qué puede haberle pasado para salir al jardín descalzo, él que adoraba ese calzado, que las tenía de todo s tipos y colores y que se las traía de spas y de cualquier sitio donde se lo proporcionasen. Taiwo reflexiona con tristeza sobre este hecho, sobre la silenciosa y solitaria muerte de su padre en medio del jardín, alejado de los suyos.
Taiwo no es la única hija de los Sai, es melliza de Kehinde, por delante Olu, que sigue los pasos profesionales de su padre, y la pequeña es Sadie, la favorita de su madre.
Taiwo no es la única hija de los Sai, es melliza de Kehinde, por delante Olu, que sigue los pasos profesionales de su padre, y la pequeña es Sadie, la favorita de su madre.
Hubo un antes y un después en la huida de Kweku, el antes era el de una familia feliz, el después toda la pena de una familia rota, de una madre que acude también de regreso a su tierra en busca de ayuda y deja tras de sí a sus mellizos al cuidado de unos medio hermanos de ella. Ella se lleva a su baby, su favorita creyendo que a los mellizos les esperaba una mejor vida con esos tíos. Nada más lejos de la realidad....
Y los años van pasando y se enteran de la muerte de su padre y deben volver a Ghana para despedirlo y sabremos todo lo que han vivido todos y cada uno de ellos desde que la familia se rompió y por qué cada uno es como es y por qué se se han distanciado de algunos de los miembros de su familia.
Taiye Selasi (Londres,1979) es hija también de ghanés y nigeriana, educada en Estados Unidos y que actualmente vive en Roma. Fue reconocida por la prestigiosa Granta como uno de lo nuevos valores literarios en lengua inglesa y desde luego que es así. Yo también lo pienso y una vez más corroboro que lo que dice Granta va a misa en lo que a letras inglesas se refiere.
Me ha gustado mucho a pesar de que al principio me volví un poco loca con los nombres y tenía que estar todo el rato recurriendo al árbol genealógico que viene al principio. Luego que ya me familiaricé con los nombres y caí en la cuenta de que cuando hablábamos de Taiwo hablábamos de chica y que cuando hablábamos de Kehinde hablábamos de un chico (es lo que tiene no conocer nombres propios africanos), me olvidé de los preámbulos aclaratorios y me dejé llevar por una historia magistralmente desarrollada, rica en lenguaje, recursos escenarios y personajes. El transcurso de la narración muy al estilo de otros autores británicos contemporáneos: la historia nunca comienza por el principio, disfruta leyendo y ya recompondrás el puzle a medida que avanza, o incluso, cuando acabe.
Larga vida a la carrera literaria de Taiye Selasi...
En España la publica Salamandra con el título de "Lejos de Ghana". Parece que es el título que más se asemeja al original aunque la realidad es que Ghana must go se les llama a un tipo de bolsas de materiales sintéticos en las que los ghaneses repatriados de Nigeria metían sus escasa pertenencias.
De todos modos es más correcto aunque ese significado se pierda que otros títulos de otras ediciones europeas que rehusaron incluir en la traducción del título la palabra Ghana (caso de Italia, por ejemplo) porque creen que no vendería tan bien si el público lector cree estar a simple vista ante una novela sobre África y los africanos. Esto lo leí en un artículo de prensa y me quedé pasmada. No se puede ser más memo (esos editores, I mean)
Mi edición es la primera, Penguin (hardback), igual a la foto que encabeza esta entrada. El libro ya lo mostré en esta entrada.)
Aquí se puede leer una entrevista de el diario El País en la que la autora habla de su novela y da su opinión sobre temas tan interesantes como la multiculturalidad o los orígenes.
Taiye Selasi (Londres,1979) es hija también de ghanés y nigeriana, educada en Estados Unidos y que actualmente vive en Roma. Fue reconocida por la prestigiosa Granta como uno de lo nuevos valores literarios en lengua inglesa y desde luego que es así. Yo también lo pienso y una vez más corroboro que lo que dice Granta va a misa en lo que a letras inglesas se refiere.
Me ha gustado mucho a pesar de que al principio me volví un poco loca con los nombres y tenía que estar todo el rato recurriendo al árbol genealógico que viene al principio. Luego que ya me familiaricé con los nombres y caí en la cuenta de que cuando hablábamos de Taiwo hablábamos de chica y que cuando hablábamos de Kehinde hablábamos de un chico (es lo que tiene no conocer nombres propios africanos), me olvidé de los preámbulos aclaratorios y me dejé llevar por una historia magistralmente desarrollada, rica en lenguaje, recursos escenarios y personajes. El transcurso de la narración muy al estilo de otros autores británicos contemporáneos: la historia nunca comienza por el principio, disfruta leyendo y ya recompondrás el puzle a medida que avanza, o incluso, cuando acabe.
Larga vida a la carrera literaria de Taiye Selasi...
En España la publica Salamandra con el título de "Lejos de Ghana". Parece que es el título que más se asemeja al original aunque la realidad es que Ghana must go se les llama a un tipo de bolsas de materiales sintéticos en las que los ghaneses repatriados de Nigeria metían sus escasa pertenencias.
De todos modos es más correcto aunque ese significado se pierda que otros títulos de otras ediciones europeas que rehusaron incluir en la traducción del título la palabra Ghana (caso de Italia, por ejemplo) porque creen que no vendería tan bien si el público lector cree estar a simple vista ante una novela sobre África y los africanos. Esto lo leí en un artículo de prensa y me quedé pasmada. No se puede ser más memo (esos editores, I mean)
Mi edición es la primera, Penguin (hardback), igual a la foto que encabeza esta entrada. El libro ya lo mostré en esta entrada.)
Aquí se puede leer una entrevista de el diario El País en la que la autora habla de su novela y da su opinión sobre temas tan interesantes como la multiculturalidad o los orígenes.