Shakespeare & Company. Sylvia Beach

sábado, 13 de marzo de 2010

En el James Joyce Centre de Dublín hay una foto enorme de Joyce y Sylvia a la puerta de la mítica librería parisiense, y un panel donde se relata, brevemente, la historia de su amistad y la trascendencia de ésta para la historia de la literatura (Sylvia Beach fue la editora del Ulyses).
Al visitar el pasado verano el centro dedicado al genial irlandés recordé que desde siempre me ha llamado mucho la atención esta mujer y tuve ganas de nuevo de buscar cosas acerca de ella. Hubo suerte. En una pequeña biblioteca municipal tenían, entre sus pocas novedades, este libro publicado por Ariel .
Las memorias llevan por título el nombre de la mítica librería parisina fundada por Beach en 1919. Fue su proyecto de vida y su vida misma. Hija de familia acomodada, ya conocía la capital del Sena desde hacía tiempo y era muy amante de la literatura francesa. Primero intentó abrir su negocio en América, pero al resultarle muy costoso, decidió dar un giro total y abrir una librería americana en París.
Centro de reunión de la llamada Lost Generation (Ernest Hemingway, Fitzgerald, Ezra Pound, etc.) es también frecuentada por todos los literatos europeos del periodo de entreguerras: D. H Lawrence, T.S.Elliot, Gertrude Stein, Paul Valery, Ford Madox Ford, ... (¡casi nada!).
Es un lujo leer de primera mano las impresiones de esta mujer sobre personas tan importantes para la historia de la literatura como los ya mencionados, y otros, pero es sobre todo un documento indispensable para conocer más la figura y el genio de Joyce y todos los avatares y penurias por las que pasó para poder publicar Ulyses (1922), a pesar de ya tener una fama reconocida por sus anteriores publicaciones. Así, estas memorias son muchas cosas a la vez: paseo por el París intelectual de la época, mundo cultural, retrato de una generación que "huyó" de EE.UU. para beber de las fuentes de una Europa más liberal y fresca, fotografía de las reuniones sociales e informe de las revistas literarias del momento.Shakespeare and Company se ve obligada a cerrar durante la Segunda Guerra Mundial, cuando su propietaria se niega a vender un ejemplar del Finnegans Wake de Joyce a un militar alemán. Ella es enviada a un campo de trabajo pero, al salir, la librería reinicia su actividad y hasta el día de hoy. Dicen los afortunados que ya la han visitado que aún conserva su encanto añejo y que sigue estando muy bien surtida de literatura en inglés. Hay tradiciones que aún conserva: se le ofrece cama en la propia tienda al que pase por París a cambio de ayudar al público lector y demás menesteres del día a día del negocio.
He disfrutado mucho, mucho con la lectura. Cuantas cosas que no vienen en los manuales "serios" de Literatura... y ¡qué ganas de ir a Paris a la Shakespeare!!!!!



Purple Rain

viernes, 12 de marzo de 2010

Purple Rain pertenece a la banda sonora de la película (maleja) del mismo título.
La película ,de 1984 , es de esa clase de encargos que tienen como objeto promocionar y /o ensalzar estrellas musicales y que, por lo general, son bastante malas (véase The Bodyguard con Whitney Houston, por ejemplo).
Pero la canción es otro asunto. La primera vez que la escuché se me pusieron los pelos de punta. No sé si por la melodía, por lo que cuenta o por el amanecer que en ese momento contemplaba desde el autobús ,camino del fabuloso Madrid de los 80.
En su día ganó un oscar a la mejor Canción .

Irena Sendler

domingo, 7 de marzo de 2010

Actualización: breve reseña biográfica emitida en el programa de Radio 5, Vidas Contadas.

Hoy he recibido un correo de una antigua compañera de trabajo. Después de leerlo me pregunté "por qué en el día de hoy tienen más cabida artículos sobre qué iran a ponerse las actrices en la gala de hoy de los Oscar que alguno que se haga eco de la vida ejemplar de esta EXTRAORDINARIA mujer". La propusieron como candidata al Nobel de la Paz en vida, pero se lo dieron finalmente a Al Gore por aquellas diapos tan bonitas sobre el cambio climático.
Va por tí, Irena.