Mostrando entradas con la etiqueta Nadine Gordimer. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Nadine Gordimer. Mostrar todas las entradas

El Encuentro. Nadine Gordimer

martes, 16 de junio de 2009


Una avería en el coche de Julie Summers, un taller de reparaciones donde trabaja Abdu: un encuentro insólito propiciado por el azar. Ella es una joven blanca, independiente , de buena familia y con ideas progresistas . Él procede de un país árabe y cree que el progreso se halla muy lejos de su lugar de origen. La relación entre Julie y Abdu se va estrechando, continúa ante el asombro de los amigos de ella, hasta que un día Abdu debe marcharse:sus papeles no están en regla y tiene que regresar a su país. Julie resuelve seguirlo, para acceder a las raíces del misterio que tanto le atrae de él. Tras tomar esta decisión, su vida cambiará por completo.
Ediones B (2002)

Es la primera novela de Nadine Gordimer (Suráfrica, 1923) que leo aunque llevaba tiempo queriendo hacerlo. Siempre se cruzan unas y otras cosas por en medio pero, así y todo, los libros nos esperan pacientes. Siguen ahí.

Estupenda su prosa limpia, libre de ornamentos, minimalista aunque esto no quita que la escritora haga uso de la poesía en pequeñas, pero estratégicas dosis:

[...]Esa noche hicieron el amor, la clase de amor que es otro país, un país ajeno, ni el tuyo ni el mío

Las descripciones son directas y ricas, carentes de lugares comunes y exentas de superficialidad:

[...]Un aeropuerto de un país como éste es una masa humana, una oleada cambiante cuyo individualismo se disuelve en dos estados, ambos de suspensión, ambos temporales, ambos vacíos antes que realidad: Salidas, Llegadas. El ensimismamiento total se convierte en su opuesto, un vasto estado amorfo. Las ancianas acuclilladas, con las rodillas abiertas y las faldas ocupadas por el retozar de los niños, las mujeres que observan todo tras sus velos negros, los empellones, las bocas que mastican, los vientres hinchados de los ancianos que bajo sus túnicas blancas parecen embarazados, los confusos sonidos del lenguaje humano, la risa, la exasperación, las discusiones, los montones de equipaje, resíduos de vidas, sumas de vidas,(¿Cuáles?) en una existencia común que no existe[...]

También se impregnan de sensualidad:

[...] La embriaguez de verdor en la que se introdujo era tan sonora como visual, el susurro gorjeador de una gran reunión de pájaros que se aferraban al verde, entretejidos con él mientras comían; tremblaban, oscilaban, se balanceaban, atravesándolo sin cesar igual que una brisa ondulante; un trino de canción como actividad, una actividad como canción llenó su cabeza. El desierto es mudo; en medio del desierto hay esto: la articulación infinita, sonido puro. ¿Dónde podría ser si no? Esa coexistencia de prodigios. Un claro en las cañas de arroz, justo al lado de la plataforma ; un brillo íntimo, poco fundo, de agua en barbecho. Allí, posada, la esperaba una gran garza.[...]

Aunque pueda parecer que nos quieren contar una historia de amor es mucho más . Si me preguntaran de qué va diría : Una novela en que todos luchan por encontrar su lugar en el mundo. Un lugar no geográfico.
Estupenda.