Recién inaugurado el 2015 me decido a hacer repaso breve de las lecturas del pasado año empezando por la novelas gráficas, subgénero en el que cada vez encuentro cosas más y más interesantes, entretenidas, curiosas, etc.
¿Eres mi madre? de Alison Bechdel
Leí hace tiempo Fun Home de la misma autora y me había encantado. Este lo he encontrado muy complejo y, por qué no decirlo, un poco retorcido. Exceso de teorías psicológicas de todos tipos...
La Virgen de Plástico de Pascal Rabaté y David Prudhomme.
Bd francés publicado en España por la editorial Norma. Recibió un premio en Angoulême en 2008 y me resultó genial y divertido. Fue el primero que leí del 2014. Creo que fue nada más empezar enero. Es de la biblioteca pública igual que todos los que aparecen en este post.
Recuerdos de Perrito de Mierda de Marta Alonso Berná. Producto español y está entre los cuatro que más me han gustado últimamente. Hablé ya de él AQUÍ.
Diario de una volátil de Agustina Guerrero. La protagonista es una chica que está a punto de cumplir los 30 y yo, aunque ya los haya dejado bien atrás, me he identificado con ella en varias cosas y me ha hecho lanzar varias carcajadas mientras lo leía.
Los surcos del azar de Paco Roca
Pienso que es uno de los artistas que jamás me decepcionara. Tiene talento para dar y regalar. Adoré estos surcos que la vida fue desgraciadamente marcando. Texto e ilustraciones son emotivos a partes iguales. La historia te deja tocada, pero las cosas pasaron así en la realidad. De él hablé AQUÍ
Ardalén de Miguel Anxo Prado. A este trabajo del gallego le llovieron los premios. Bien merecidos premios debo decir tras leer esta joya de historia, de ilustración, de sensaciones...
Sabela es una joven que intenta reconstruir parte de su pasado y para ello realiza un viaje que va a cambiar muchas cosas en ella. Conocerá a un anciano con el que entablará una relación entrañable, habitante de un pequeño pueblo y que mucho tiempo atrás puede que haya conocido al abuelo de la joven. Entonces empieza a recordar y nos cuenta su historia, de la que no sabemos hasta qué punto es real y vivida por él o son los recuerdos que otras personas le hayan contado.
Es verdaderamente hermosa. No olvidaré esas viñetas plenas de azules y verdes donde el mar y la montaña se entremezclan en un episodio onírico y bestialmente bello. De diez.
Sabela es una joven que intenta reconstruir parte de su pasado y para ello realiza un viaje que va a cambiar muchas cosas en ella. Conocerá a un anciano con el que entablará una relación entrañable, habitante de un pequeño pueblo y que mucho tiempo atrás puede que haya conocido al abuelo de la joven. Entonces empieza a recordar y nos cuenta su historia, de la que no sabemos hasta qué punto es real y vivida por él o son los recuerdos que otras personas le hayan contado.
Es verdaderamente hermosa. No olvidaré esas viñetas plenas de azules y verdes donde el mar y la montaña se entremezclan en un episodio onírico y bestialmente bello. De diez.
Y de Galicia me vengo para Asturias con la última que he leído en 2014. Se trata de lo último de mi paisano y uno de mis preferidos ilustradores: Alfonso Zapico y su Cuadernos de Ítaca (Ed. Trabe).
Con este cómic acaba de ganar el Premio Alfonso Iglesias de cómic en asturiano concedido por la Consejería de Cultura del Principado de Asturias.
Zapico, ganador de importantes premios, entre ellos el Premio Nacional del Cómic con su fantástico Dublinés, retrata aquí la vida de los asturianos que se quedan aquí peleando con la crisis y la de los que se han ido y no pueden volver. Quizás este cuaderno es el de un Ulises (el propio Zapico) que sueña con su regreso a una Ítaca que es tan añorada como lejana.
Estupenda forma de narrar la historia de su tío Milio, afectado por el cierre de la Fábrica de Armas de Trubia, el de su madre que aún limpia las oficinas de ¿Hunosa? cuando ya se han quedado prácticamente vacías. No pude dejar de leerlo en cuanto lo empecé y supongo que su lectura será aún más estremecedora para todos los que se han tenido que ir de aquí buscando un futuro, un trabajo, dejando aquí a la tierra, a los suyos, soñando con volver algún día.