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WALKING OXFORD

viernes, 9 de septiembre de 2011

Llegamos a media mañana en uno de los días más soleados de mi verano. El trayecto desde Paddington se me hizo muy ameno, a pesar de que la abundante vegetación que hay junto al trazado de vías me impidió disfrutar del paisaje mucho más. El tren iba lleno de turistas nacionales que iban a pasar el día a Windsor, así que cuando se bajaron para hacer transbordo, nos quedamos prácticamente solos durante los escasos kilómetros que quedaban hasta llegar a nuestro destino.
El ver el enorme parking de bicis junto a la estación me hizo recordar que la primera vez que vi imágenes en movimiento de esta ciudad fue hace tiempo en la primera película de Gracia Querejeta: El último viaje de Robert Rylands. Aquellas escenas del Oxford universitario, los trayectos en bici del profesor y el aire meláncolico de la historia es todo lo que me queda de ella y, ahora, me encantaría volver a verla de nuevo y reconocer los lugares por los que paseamos hasta media tarde.
Seguía yo en este día  un poco con las prisas de Londres porque enseguida adiviné que querría ver muchas cosas y que no aparecería el conejo blanco, con su reloj de bolsillo en la mano, para que yo le siguiese y todo resultase más sencillo. Abrimos el mapa que habíamos comprado al llegar y nos dimos cuenta de que no tenía callejero y ¡yo con la dirección de Alice's Shop anotada en un papelín!. Sabía que St Aldate's Street quedaba muy cerca de Christ's Church y la encontré rápido. La tienda es realmente bonita pero atestada de gente y de objetos que una tiene miedo romper. Sólo me llevé unas pequeñas cosas, entre ellas un lápiz para mi colección. Al fondo estaban los libros y varias ediciones de Alice. Me alegró comprobar que también tenían la que yo considero la mejor, la anotada por Martin Gardner. La compré hace un par de años, está junto a mis otras cuatro Alicias, ninguna comparable a esta edición.
Después de abandonar el lugar donde la pequeña Alice compraba sus sugar canes, nos fuimos hasta Blackwell's, siguiendo una recomendación de Oscar del blog Strange Library. "Lo tiene todo" dice en uno de sus posts. Es así, tanto que yo que tenía que seguir con mi restricción de compras de libros y lo pasé un poco mal, vaya. Está francamente bien. Es la mejor de las Blackwell's en las que he estado, y además tiene una sección de second-hand muy interesante, con precios diferentes según el estado en que se encuentren los libros. Había mucho de crítica literaria, lingüística, ficción... ¡para perder el sentido!. Me llevé  Faces in the water de Janet Frame. Dejé atrás unos quince que me hubiese gustado llevar, entre ellos un estudio de la Byatt sobre la relación de Coleridge y Wordsworth .
Fotos, calles, tiendas y unos capuccinos después seguía sintiéndome un personaje en un decorado. Era todo tan especial que parecía irreal a mis ojos.
El tiempo se nos echó encima y descubrimos que varios colleges estaban ya cerrados, así como el Museo de la Historia de la ciencia (que nos interesaba especialmente por una exposición temporal que se anunciaba a la entrada), no obstante conseguimos visitar el Balliol College a hora y media de su cierre. Tranquilo, casi vacío, con unos jardines hermosos y cuidados, y con una capilla y un hall espléndidos. Fue  fundado en el siglo XIII por John de Balliol, uno de los Lords más fieles a Henry III. Casado con una princesa escocesa, tuvo un hijo que  llegó a ser rey de Escocia por un espacio de tiempo muy breve. Quizás uno de los estudiantes más celebres de este college haya sido Adam Smith, autor de Wealth of Nations, y en el folleto que me dieron en la entrada decía que varios miembros de la administración Obama y tres Prime Ministers también se encontraban entre sus más laureados scholars. En cambio, lo que me resultó más curioso fue el hecho de que en sus terrenos estuvo el Catherine Wheel Inn, donde varios de los conspiradores del Gunpowder Plot se reunieron en 1605. Otro dato: Lord Peter Wimsey, detective de las obras de Dorothy L. Sayers, estudió también en Balliol (en la guía dice "The most famous fictional person to have studied at Balliol".)
¡¡Qué estupendo día tan corto!!, cuánto por ver aún en otras ocasiones (please!!!!!!), cuántos suspiros junto al puente, frente al Sheldonian Theatre, antes de tomar camino de vuelta a la estación.
Foto arriba en blanco y negro del Balliol College: old ukphotos.co.uk
Foto en color de Oxford: greyline.com