MIND THE BOOKS

lunes, 29 de agosto de 2011

"¡Dios mío! ¡Voy a llegar tarde!" decía el frenético conejo blanco en Alicia en el país de las Maravillas, corriendo sin parar, estresado... Yo actuaba casi como él el día que llegué a Londres. Tenía poco tiempo por delante y muchas cosas por hacer: repetir lugares, conocer Oxford, volver por las librerías de Charing Cross y pararme a tomar el capuccino en Foyles. Por si fuera poco apretada la agenda, venía también con una restricción dolorosa: "No compres más de uno o dos libros que después te vas a Edimburgo y no puedes sobrecargarte ya los primeros días" (stream of consciousness).
Esto sí que ya era demasiado, aunque intenté salir concienciada ya de casa, pero una cosa es pensarlo y otra muy distinta estar delante de una pila de libros que te interesan y ¡a buen precio!.
Casi todos los objetivos logrados, a pesar de que llegamos al día siguiente del fatídico suceso en Croydon y de que en el Central London había varios establecimientos cerrados ya a las cuatro de la tarde porque querían que sus empleados llegasen a sus casas sin problemas (así rezaba en los carteles de la entrada del Waterstones de Kensington). "England's shame" era el titular del Evening standard de aquel día, pues sí.
Y retomo el asunto de los libros: mi contención se redujo a tan sólo tres libros adquiridos, todos de segunda mano: uno de Ngaio Marsh (escritora de novela negra neozelandesa que conozco gracias a la lectura de Todo lo que sé de novela negra de P.D. James), otro de Caryl Phillips y por último Notes from a small island de Byll Bryson. Los compré en diferentes charity shops. No está mal para haber estado en Foyles, varias de las librerías de Charing Cross y el Waterstones de High Street Kensington, que finalmente pudo reabrir con su horario normal.
Proximamente: Oxford.

ELIZABETH X 3

martes, 23 de agosto de 2011

No sé si es un factor a añadir a la hora de que nos guste más un escritor, el hecho de que sea tan difícil conseguir sus libros, tanto si están en su idioma original como sus traducciones al castellano. Digo que no sé si es así generalmente, pero es lo que me acaba pasando: ¿será que me gusta lo complicado?(literariamente hablando).
De Elizabeth Jolley tuve noticias hace ya unos años por una amiga que me dijo que si leía Miss Peabody's Inheritance me encantaría, pero el caso es que ella lo había  tomado prestado de una biblioteca cuando vivía en UK y aquí estaba descatalogado en español y, claro está, en inglés, ni rastro. Finalmente compré de la misma autora The Well en Londres, en Southbank, y vine con él en la maleta como si trajese oro, esmeraldas, caviar iraní, el artículo de lujo más grande que cualquiera querría disfrutar en la vida, y por tan sólo dos libras. Sin embargo leí antes La Herencia de Miss Peabody porque no pude resistirme a sacarlo cuando lo encontré en una biblioteca pública. Ambos son estupendos: presentan unas mujeres protagonistas muy interesantes. En ambos casos  relatan historias que se salen un poco de lo habitual pese a no tener nada de fantásticas ni de irreales.
En La Herencia ..., la dura vida de una joven que cuida de su madre mayor y enferma, se hace más liviana gracias a la correspondencia que mantiene con su escritora favorita, correspondencia en la que le va adelantando fragmentos de la que será su nueva novela en el mercado.
En The Well dos son sus protagonistas femeninas tembién: una solterona y su protegida que viven una vida de derroche y libertad en una casa en medio del desierto australiano, cuando un accidente truncará su felicidad y todo se volverá oscuro y extraño. Intriga desde la primera página. Ahí cuenta el accidente y después va hacia atrás en el tiempo y nos encontramos con Hester viviendo con su anciano padre antes de que conociese a la joven con la que compartiría su vida. La tensión va en aumento y llega a ser un poco sofocante, la lees estando en un ay, con ganas de saber qué ha pasado y cómo será el desenlace. Todo esto disfrutando mucho página a pagina porque la narración es realmente rica  y los personajes son de lo más curioso (desde mi punto de vista, claro).
En español sólo se puede encontrar de segunda mano. Lo publicó Alfaguara hace años junto con Foxybaby y La Herencia de Miss Peabody.
A Elizabeth Taylor, la escritora británica, la conocí por el blog En Barcelona. Desconocía que hubiese habido una escritora con el mismo nombre que la célebre actriz*, aunque sería más justo decir que la actriz tenía el mismo nombre y apellido que la escritora puesto que esta última era mayor. Una vez más me encontré con una tarea más dificil que la de buscar una aguja en un pajar. Creo que fue en el mismo viaje a Barcelona en el que encontré La Herencia de Miss Peabody (prueba a leer un libro que  no eras capaz a encontrar para que tras haberlo leído se te aparezca por todas partes) cuando saqué a Angel (Anagrama) de la estantería más alta de cuantas pueda haber en La Central (Carrer Mallorca). Es una edición de hace ya unos años que ahora está descatalogada, pero allí estaba mi ejemplar ¡menos mal que aún quedan algunas librerías con fondo!
Angel es el diminutivo de Angelica, niña un tanto malvada, soberbia y caprichosa que reniega de sus orígenes modestos y que trata con tiranía a todos cuantos la rodean. Vive con su madre en la vivienda que hay en la parte de arriba de su comercio y se propone hacerse rica y poderosa a base de triunfar en el mundo literario con unos folletines rosa, dramaticones y de baja calidad literaria. La historia abarca toda la vida de Angel (mejor la hubiesen llamado demonio), una persona que no evoluciona con los años y a la que no se le pone nada de por medio para obtener lo que quiere, así que será capaz de tratar mal desde su tía a su madre pasando por sus agentes literarios. A pesar de lo odiosa que resulta esta protagonista, la encuentro genial como creación literaria, como personaje. Cuando crees que ya no te puede sorprender más, va y lo hace.
Es una mujer sin corazón. Incluso cuando parece que se enamora, no lo hace de verdad y es más un encaprichamiento y una obcecación que lo que podríamos entender por amor del de verdad.
A estas alturas sobra decir que me gustó esta novela de E. Taylor y que me apetece seguir leyendo cosas de una escritora a la que Kingsley Amis describió como una de las mejores autoras de su época.
Angel fue llevada al cine por el realizador francés François Ozon en 2007.

* Casualmente, en el tiempo que trascurrió entre estas dos lecturas falleció Elizabeth Taylor, la gran actriz, a la edad de 79 años. Ya comentaré sobre una de las películas que hizo, una de mis favoritas del blanco y negro.

Nota: Las portadas que incluyo aquí no se corresponden con las de mis libros puesto que la edición que tengo de The Well es de Penguin King y la de Angel es de la editorial Anagrama (1986)

Nuevos en mi biblioteca

domingo, 7 de agosto de 2011

Estos tres primeros los pedí a The Book Depository. Tenía especiales ganas de Cambridge, hace años estaba out of print y en cuanto lo vi, ahí que estaba yo pidiéndolo.
 Este ensayo de Chesterton fue comprado en una de las poquísimas librerías decentes que quedan por aquí.
Este último lo compré en el rastro ¡por tan sólo 1 euro! Mi edición es mucho más nueva (2002) que la que veis aquí. La mía es de Penguin Classics y el libro está en muy buen estado, así que un alegrón. Hasta el momento no he leído nada del keniata pero tengo buenas referencias. Por suerte, además, no es una traducción al inglés sino que es una de las novelas que el autor escribió originalmente en este idioma.

Moral disorder . Margaret Atwood

miércoles, 3 de agosto de 2011


De Margaret Atwood (Ottawa, 1939) se dice que es la eterna candidata al Nobel de Literatura, algo que comparte con su compatriota Alice Munro. Por el momento ha tenido muchos reconocimientos por parte de instituciones(cuando recibió el Príncipe de Asturias de las Letras, creo que fui la asturiana más feliz), público lector y crítica. Aunque se conocen más sus novelas, es también autora de poesía (aquí puse uno de los poemas pertenecientes a Los diarios de Susana Moodie ) y ensayista.
Lo primero que leí de ella, hará unos doce años, fue precisamente, poesía y después cuentos  (Asesinato en la oscuridad), y fue cuando leí estos cuando realmente me enganché  a  su estilo, a sus originales personajes, a su personal visión de las cosas más simples y cotidianas....
Moral Disorder (2006) es una colección de once cuentos,  cinco de los cuales habían sido  ya publicados previamente en diferentes periódicos y revistas. Uno de estos es el titulado The art of cooking and serving (la portada está inspirada en él) que ya había sido publicado en Toronto Life en el 2006 y en New Stateman en  2005.
Los halagos más frecuentes que encontramos sobre este libro son aquellos que hacen referencia a lo divertidas y a la vez dolorosas que son las historias y también a la forma en la que la autora disecciona los personajes: hasta lo más profundo .
Mi alabanza particular sería las conmovedoras historias que me encuentro en algunos de los cuentos. Mi favorito, The labrador Fiasco.Ayer intenté releerlo y no pude.Se me pone un nudo en la garganta y la carne de gallina.Trata de una historia familiar en la que el padre está inmóvil por una apoplejía mientras su mujer y su hijo le hacen más liviana la vida al tiempo que sufren el ser testigos de su deterioro físico y mental.Este resumen es poco significativo para lo que The Labrador Fiasco cuenta.Es mucho más pero no sé resumir las emociones , ni la complejidad de la historia que incluye otra dentro de sí misma (que interesante me resulta siempre este mecanismo literario). Uno de los cuentos más bellos que haya leído hasta el momento sin embargo no  quiero dejar atrás los otros: The Headless horseman, The Bad News... no sé , ha sido de lo mejor que tuve en mi mesa la pasada primavera pero también me ocurrió algo con este libro que no me había pasado nunca antes: comencé leyéndolo pensando que era una novela , según la iba leyerndo algunos personajes aparecían y desaparecían de forma un tanto aleatoria, por decir de algún modo. Después miré la contraportada de la edición de Virago y decía "Short Stories". Me ruboricé , sentí vergüenza, vergüenza que quedó luego en nada cuando leí en algún sitio que podía leerse de este modo puesto que están enlazadas en algunas ocasiones y se interpretan como  retazos de vida de uno de los personajes llamado Nell. Otra de las cosas de la Atwood. Sea como fuere, admite las dos lecturas: se pueden leer seguidas, se pueden ir saltando.
Aquí dejo una pequeña entrevista que le hacen a la escritora  a propósito del lanzamiento de Moral Disorder. Aquí comenta de dónde tomó el título del libro. Es curioso, yo lo leí en la sección agradecimientos  y me resultó gracioso el hecho de que alguien abandone un título y tú lo "adoptes".
En español lo publica Bruguera con el título de Desorden Moral.